
ENERO SERA el mes en que comience a operar la portabilidad numérica en todo el país, al menos en lo que toca a la telefonía móvil, pues para la fija y otros servicios la Subsecretaría de Telecomunicaciones estableció un cronograma que se irá aplicando durante el resto del año. Esta reforma, fruto de una ley aprobada en 2010, convierte al usuario en dueño de su número telefónico y, por tanto, le permite cambiarse de proveedor manteniendo aquél, algo que sin duda constituye un cambio significativo para el mercado de la telefonía en Chile.
Este nuevo esquema -que ya está en aplicación en varios países de la región- debería reflejarse en múltiples beneficios para los usuarios. El hecho de que el cliente pueda conservar su número cada vez que se cambie de compañía hará más competitivo el mercado y obligará a que las empresas actúen con más intensidad para atraer o retener a sus clientes, reflejándose en el desarrollo de nuevos planes con menores tarifas. Este ambiente de mayor competencia ya está rindiendo frutos, pues las empresas de telefonía decidieron absorber el costo de la portabilidad sin traspasárselo al cliente.
La autoridad debe permanecer vigilante ante este proceso, pues el enorme número de teléfonos celulares -más de 17 millones de unidades en el país- obliga a que este proceso opere de manera óptima. Si las plataformas tecnológicas presentan fallas no sólo se verá gravemente alterada la vida cotidiana de las empresas y personas, sino que habrá una evidente frustración de expectativas y un fuerte cuestionamiento hacia las políticas públicas. En ese sentido, el hecho de que la autoridad se haya tomado el tiempo necesario para llevar a cabo las pruebas técnicas y dictar los reglamentos respectivos permite deducir que se han tomado las providencias del caso.
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